Mis Maestros de la Pintura en la Filatelia: REMBRANDT, el Genio de las mil caras.
Día 25 de abril de 2024
Un articulo de Rafael Ángel Raya Sánchez
No exagero en el título de este pequeño opúsculo, al definir y calificar a Rembrandt como el genio de las mil caras, dada su obsesiva insistencia, constante observación de su rostro en el espejo de la pintura o bien la manía de auto retratarse tantas veces a lo largo de su fructífera y dilatada obra pictórica.
Rembrandt pinto todos los temas de la época, como por ejemplo sus grandes escenas bíblicas que descubren una nueva espiritualidad incorporando en ellos como modelos a miembros de su misma familia; cuadros de su familiares (su madre, esposas, hijo), de personajes y grandes cuadros (Lección de anatomía del doctor Tulp de 1632, primer encargo importante que recibe. Los síndicos del gremio de pañeros, su último encargo de importancia o bien la Ronda de noche de 1642, una de sus obras más célebres), pero proporcionalmente hemos de resaltar el medio centenar de pinturas en las que vemos su efigie, y a esa cifra tan abultada debemos de agregar los innumerables grabados que la perpetúan. El gran artista se erige como enigmático protagonista de su propia obra, siendo el pintor que más veces se ha pintado a sí mismo.
A la izquierda tarjeta postal de grabado de autorretrato de 1630.
Encima sello de la Republica Checoslovaca de la hoja bloque emitida en 1973 con grabado de autorretrato de 1634.
Con los grabados, Rembrandt realiza un estudio de las expresiones, alcanzando efectos casi caricaturescos, en los cuales delante del espejo deforma los propios rasgos para obtener efectos violentos.
Hoja bloque emitida en 2019 por Holanda, para conmemorar el 350 aniversario de la muerte de Rembrandt, compuesta por 3+2 sellos de sendos grabados de autorretratos fechados en 1630 y 1634, pertenecientes al Rijk Museum de Ámsterdam.
Pareja de los sellos componentes de la anterior hoja bloque emitida por Holanda en 2019.
Sello emitido por Holanda en el año 2006 conmemorando el 400 Aniversario del nacimiento del pintor, de un grabado del autorretrato de 1636 con su esposa Saskia.
Rembrandt Harmensz van Rijn, nació en Leyde (Holanda) en 1609, en el seno de una familia artesana, pero de buena posición. Su padre era molinero y su madre, hija de panadero. A los catorce años ingresó en la universidad, pero al siguiente dejó los estudios para aprender a pintar en el taller de Jacob van Swanenburch, donde estuvo tres años. Fue luego a Ámsterdam, al taller del famoso Pieter Lastman, donde pasó seis meses. En la capital recibe la influencia de los cuadros nocturnos de Elsheimer y del caravagismo a través de la Escuela de Utrecht. Ámsterdam es el gran puerto abierto a toda Europa y al Oriente, y Rembrandt ha podido asimilar influencias italianas, francesas, alemanas y del Medio y Extremo Oriente, a la vez que completa su formación literaria.
Pero no voy a detallar aquí su biografía, dado que eso ya lo hice en mis anteriores artículos sobre Rembrandt (ver Revistas Crónica Filatélica, año 2003 números 212 y 214 de julio y octubre), sino de lo que se trata, es de sus “autorretratos y mil caras”. Para lo cual el pintor a partir de 1629 empieza a retratarse con obstinación, pintándose a través de los años como joven, de pastor, disfrazado, de oficial, tras máscaras, con turbantes, representando a santos (San Pablo), permitiendo los retratos a través del paso del tiempo, como va llegando a la vejez, en los cuales acentúa la caricatura de su decrepitud.
Expongo diversas emisiones, matasellos tipo rodillo y sobre del autorretrato al aguafuerte de 1639, en el cual emerge el orgullo de gran maestro y al igual que otros de esa época, le gusta representarse como un distinguido caballero.
Sello emitido por la URSS en 1956, con motivo del 350 Aniversario del nacimiento del pintor, del autorretrato de 1634.
Precioso sello grabado por Betemps, emitido por Mónaco en 1981 del autorretrato con gorguera de 1634.
Mismo cuadro que el anterior en un “sello viñeta” y que lo reproduce en sentido contrario a la posición de la figura real del autorretrato.
En los autorretratos expuestos anteriormente, en un “sello viñeta” del Emirato Árabe del Reino de Yemen y otros de la República Serbia y Holanda del autorretrato de 1640 y la tarjeta postal del autorretrato de 1643, este que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, Rembrandt vuelve a disfrutar y se regocija realizándolos, nuevamente con aires de personaje importante y caballero con distinción, donde exhibe preciosas ropas y joyas.
En los sellos, la pintura se inspira directamente en el Retrato de Baldassar Castiglione de Rafael, después de habérselo adjudicado (Alfonso López), permitiendo a Rembrandt estudiar la maravillosa pintura. La interpretación del Maestro Holandés es un memorable ejemplo de finura en el tratamiento de las luces y los colores.
Como hemos expuesto anteriormente, otras veces gustaba de disfrazarse de oficial o militar, por lo que realiza varios autorretratos en los que desarrolla dicha figura, como los de los años de 1634, 1636 (“El portaestandarte”), o bien el que reproducimos en el “sello viñeta” a la izquierda, del Emirato Árabe del Reino de Yemen “Hombre con armadura de 1655”. En la City Art Gallery de Glasgow.
El detalle del gran yelmo dorado y emplumado y la reluciente armadura, ejecutados con pinceladas pastosas que se vivifican en la luz, domina por completo la visión y subraya la oficialidad de la posición del autorretrato.
Del orgullo juvenil en sus primero años y cuadros, la opulencia económica en su madurez y la maestría pictórica desarrollada por Rembrandt, a través de los 63 años de vida (1606-1669), en sus últimos diez años de vida, pasa al escenario de la ruina económica, si bien a todo ello, se opone la excelencia de su arte.
En sus últimas obras, Rembrandt trabaja con espátula y hasta con el dedo, con calidades nunca vistas anteriormente, como se puede apreciar en sus autorretratos. “Sello viñeta” emitido por el Emirato Árabe del Reino de Yemen “Autorretrato con cuello levantado de 1657”, nuevamente invertido el sentido contrario a la posición de la figura real.
Desde los diecinueve años hasta su muerte, a los sesenta y tres, no solo pinta su extensa obra, sino que, además, en su taller forma a destacados artistas. Se sabe que Goya no reconoció otros maestros de su arte y de su inspiración que Rembrandt, Velázquez y la naturaleza. En sus cuadros, como en los de todos los genios, existe una interrelación de lo divino y lo humano, de la observación y la imaginación. Sus grandes escenas bíblicas descubren una nueva espiritualidad, aquella que nace de la armonía natural entre el dibujo, el color y la luz. En el siglo XVII la pintura holandesa no tiene más que un tema: sus ciudades y sus gentes. Rembrandt, aunque cumple este papel, abriría nuevos horizontes. Apartado de los círculos mundanos de Ámsterdam, el Maestro se dedica sobre todo a los temas religiosos, buscando en las sociedades de teólogos cristianos y sabios judíos una mayor profundidad. Sus creaciones evolucionan hacia la esencia misma de la pintura, el drama está presente con más fuerza en el color y en el trazo que en los personajes. Ningún pintor, a no ser Van Gogh, se ha interrogado tanto sobre sí mismo como Rembrandt. Una biografía pictórica que como hemos dicho anteriormente, comienza con la arrogancia juvenil y concluye con la madurez del artista, del genio. Pero volvamos a sus maravillosos, expresivos y realistas autorretratos.
Hoja bloque emitida por la URSS en el año 1976, cuyo sello reproduce el cuadro Asuero y Amán en el banquete de Ester de 1660, propiedad del Museo Pushkin de Moscú. Al lado, en la propia hoja bloque parte del autorretrato con cuello levantado de 1657, igualmente invertido el sentido contrario a la posición de la figura real, como el de Yemen.
En los autorretratos expuestos anteriormente, un “sello viñeta” del Emirato Árabe Umm Al Qiwain del autorretrato ca.1657 y otro de Holanda del autorretrato con paleta y pinceles de 1665, se encuentra en el Museo de la Alta Pinacoteca de Munich y la tarjeta postal del autorretrato de 1661 – representando al “Apóstol Pablo” que se encuentra en el Rijks Museum de Ámsterdam.
En todos sus retratos, permite ver el paso del tiempo, como el que reproducimos y que hace ya en su vejez en el año 1665, manifestando y resaltando su propia caricatura facial y física.
Sello emitido por la Bulgaria en 1956, con motivo del 350 Aniversario del nacimiento del pintor, del autorretrato de 1669.
“Sello viñeta” emitido por el Emirato Árabe del Reino de Yemen “Autorretrato de 1669”
Este autorretrato de 1669 es uno de los tres últimos realizados en el año de su muerte. Rembrandt se autorretrató a lo largo del casi medio siglo que estuvo activo como pintor, lo que ha supuesto proporcionarnos una crónica exhaustiva de la transformación de un rostro y, sobre todo, de la existencia, mejor que simplemente de la evolución de una personalidad.
El infortunio de su vida familiar, afectiva, sentimental y amorosa, las dificultades económicas y la indiferencia artística, así como el paso de los años, fue mermando y pesando cada vez más en Rembrandt, que falleció el 4 de octubre de 1669, solo, pobre y olvidado por todos.
Y hasta aquí llegamos, habiendo tratado de realizar una resumida visión filatélica de los “Autorretratos” de este Genio y Maestro de la Pintura y de la Historia del Arte.
En San Cristóbal de La Laguna, Ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad, a 19 de Marzo de 2025, Festividad de San José.
RAFAEL ANGEL RAYA SANCHEZ
Presidente del Grupo Filatélico y Numismático “AGUERE” de
San Cristóbal de La Laguna (Tenerife)
1 Nota: Todos los sellos, viñetas, postales y sobre, pertenece a la Colección del Autor.
2 Nota: Soy consciente del uso (y quizás abuso) en este artículo de los “sellos viñetas” de algunos Emiratos Árabes, pero es donde más se prodigan los llamados “temáticos” para poder ilustrar estos temas.
3 Nota: Este artículo me fue publicado en la Revista Digital de Filatelia 6 CUARTOS DE AFINET – Año XIII Primavera de 2020.
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