Ascensiones históricas al Teide (1)
Día 7 de mayo de 2025.

Presentamos hoy el primero de una serie de artículos concernientes a las ascensiones históricas al Teide, que son parte de las tarjetas conmemorativas que el Grupo Filatélico, Numismático y del Coleccionismo Las Pintaderas ha realizado. En una segunda serie, presentarán la segunda serie dedicada a Ilustres visitantes de Canarias.
El dinamismo que a lo largo de los años viene desplegando este Grupo desde la Orotava, se ha visto reforzado con la variedad de actividades que viene mostrando el denodado esfuerzo por enriquecer la Filatelia y el Coleccionismo en Canarias.
Promete esta saga, ya que en los siguientes artículos serán otros personajes históricos que han subido, como Isabel Arundell y Richard Burton, entre otros, y lo culminaremos con la celebración de la subida de la primera mujer conocida al Teide. Es intención del Grupo promover un matasellos conmemorativo sobre el que se está trabajando y seguro que hará las delicias de los coleccionistas.
Pero empecemos con lo que hoy se ha convertido ya en una apasionante leyenda.
Las ascensiones históricas al Teide se pueden clasificar en tres categorías bien diferenciadas. En primer lugar, encontramos las ascensiones científicas. Motivadas principalmente por la búsqueda del conocimiento y el afán de descubrimiento, estas expediciones surgieron tras la ocupación de Canarias, en un período de intensa exploración de nuevas tierras y de nuevos retos al conocimiento que se expandían constantemente.
En segundo lugar, se encuentran las ascensiones turísticas. Impulsadas por la mejora de las comunicaciones y el creciente anhelo de las clases pudientes europeas por vivir experiencias aventureras y conocer el mundo. Muchas de estas ascensiones estuvieron inspiradas de una visión romántica de la naturaleza. En ocasiones, estas vivencias quedaron plasmadas en detallados relatos escritos.
De las ascensiones históricas con fines científicos, contamos con valiosos documentos que testimonian la participación de ilustres figuras como Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland, Jean-Charles de Borda y Leopold von Buch.
Precisamente, el año pasado, en 2024, se conmemoraron los 300 años de la expedición de Louis Éconches Feuillée a Canarias. Este sacerdote, explorador, botánico, geógrafo y astrónomo francés, nacido en 1660, fue comisionado a la edad de 63 años por la «Académie des sciences» para determinar, principalmente, la posición del primer meridiano.

Feuillée llegó a Tenerife el 23 de junio de 1724 y el 30 de julio visitó la Villa de la Orotava con la firme intención de medir la altitud del Teide. Así, el 3 de agosto intentó ascender al «pic de Ténériffe», pero un desafortunado accidente, a pocos metros de la cima, lo obligó a desistir. A pesar de este contratiempo, logró realizar las mediciones necesarias para establecer, aunque de forma errónea, la altitud del Pico, marcando así el primer ascenso de carácter científico a nuestra cumbre. Además, realizó la primera descripción documentada de la delicada Violeta del Teide (Viola cheiranthifolia).
Tras esta importante ascensión, Feuillée se dirigió a la Isla del Meridiano. El 12 de agosto arribó a la Isla del Hierro, donde llevó a cabo las mediciones del meridiano cero en la Punta de Orchilla y, durante doce días, realizó valiosas herborizaciones antes de emprender su regreso a Tenerife.
Y, por cierto, la tercera categoría que falta es la de las ascensiones fueron por necesidad, las impulsadas por el hambre.
Juan Manuel Raya Pérez
Presidente del GFNyC Las Pintaderas