Y de repente apareció la carta de Río de Oro.
Día 22 de septiembre de 2023.
Autor: Antonio Peraza Pérez-Hidalgo
Cuando muere un familiar aparecen cartas que alguna vez habías visto. Creo que mi madre la ocultó para que no me llevase el sello, esa afición a la filatelia que nos hacía buscar sellos de todos sitios. Pese a esa defensa de la misiva parece que lamentablemente, el sello se desprendió de la carta.
Esta carta llegó de Río de Oro, posiblemente de El Aaiún todavía no establecido como población y asentamiento estable. Recordemos que fue más de una década posterior, en 1938 cuando resultó fundado por Antonio de Oro Pulido. Este militar era un enamorado de África, que curiosamente dominaba tanto el árabe como el hasanía (aprendidos en la universidad siria de Hiemate). Otra curiosidad de este personaje, fue su único libro conocido, “Algo sobre el hasanía o dialecto árabe que se habla en el Sáhara Atlántico”. Antonio murió de una repentina septicemia en Tetuán, capital del protectorado Norte de Marruecos, cuando comenzaba la II Guerra Mundial.

La carta fue remitida desde el Sahara Occidental hace casi un siglo, faltan tan solo dos años para la centuria. En la misma se aprecia el matasellos de Río de Oro con bastante nitidez. La carta está fechada “Río de Oro 17 de abril de 1925”.

Pero si la carta sorprende en su anverso más lo hace en su reverso, puesto que en el mismo hay estampado un rodillo de llegada de líneas ondiladas de Santa Cruz de Tenerife de extraordinaria nitidez, fechado el 28 de abril de 1925, que bien añoramos un siglo más tarde en las pocas cartas franqueadas que aún llegan a nuestros buzones.